Uno de los poemas que Oase leyó el sábado 21 de noviembre de 2015, en el marco del 34º aniversario de la Biblioteca Pública Alfonsina Storni.
Novhembra
La luna nocturna la atraía.
Ella le consagraba una mirada especial,
como exclusiva de sus ojos de Novhembra,
el brillo del disco lunar.
—Qué linda que está la luna —dijo Novhembra.
Inexpresivamente le sugerí que estaba como ella.
Y en su dorsal una media luna
y debajo una estrella.
Caminamos por las veredas,
leyéndonos poemas a la cara
y aquella lejana y hasta un gato
nos prestaban su instante.
Calle arriba+nos deteníamos
en una alumbrada a leernos
las miradas y las voces.
—Si la luna supiera hablar
te diría que todos mis sueños
provienen de mi corazón —se volvió diciéndome.
—Si la luna supiera hablar
Caminaría junto nuestro —respondí.
entre baldosas y sombras.
Y la luna estaba ahí,
a esa hora éramos tres.
Siempre fuimos tres.
Después de despedirnos lo comprendí.
La media luna es su oriente,
sus ojos los mares de la serenidad + de la crisis +
de la tranquilidad y la porción
restante del disco se desdobla + se copia +
se replica en la curva de su nariz.
Oase
Oase
